Adorar con el corazón, servir con las manos
Escrito por Rubén Felix Galvano
Martin Luther King Jr. dijo una vez:
"Si un hombre está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintó, como Beethoven compuso música o como Shakespeare escribió poesía. Debería barrer las calles tan bien que todos en el cielo y en la tierra se detuvieran para decir: aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo."
Ahora te pregunto: ¿Alguna vez has barrido como gambetea Messi, lavado los platos como un artista, ordenado las sillas como el mejor concertista o juntado la basura como si fueras un medallista olímpico?
Pues Jesús sí vivió la vida humana con excelencia. Siendo Dios, vino a la tierra con humildad, en sujeción, y aún así, lavó los pies de sus discípulos.
"Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis." (Juan 13:14-15)
El servicio como adoración a Dios
La manera en que servimos refleja nuestro amor a Dios. Jesús nos enseñó que el amor a Dios se demuestra en el amor al prójimo:
"Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí." (Mateo 25:35-36)
Por lo tanto, el servicio no es solo una tarea, sino una expresión de amor. Cuando servimos, estamos cumpliendo toda la ley, porque obedecemos el mandato más importante:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Mateo 22:37-39)
Por lo tanto al servir seguimos el ejemplo de Jesús, honramos a Dios y amamos al prójimo.
Pero la pregunta es: ¿Cuando servimos, lo vemos así? ¿Entendemos que el servicio es adoración?
El sacrificio del servicio
Dios busca que lo adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:23). Como vemos en la Escritura, el servicio hecho de corazón y la ayuda mutua no solo agradan a Dios, sino que también lo honran.
"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres." (Colosenses 3:23)
"Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios." (Hebreos 13:16)
En Romanos 12:1, Pablo nos exhorta:
"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."
Por lo tanto, cuando servimos, no solo sacrificamos nuestro tiempo, sino que también entregamos nuestras fuerzas y nuestro esfuerzo a Dios. El servicio es adoración, una forma tangible de demostrar nuestro amor y devoción.
Ejemplos bíblicos de servicio y adoración
Cinco grandes ejemplos bíblicos nos muestran cómo el servicio es una expresión de adoración a Dios:
1. David: Aunque había sido ungido por el profeta Samuel como futuro rey, continuó sirviendo humildemente. Llevaba provisiones a sus hermanos en el frente de batalla (1 Samuel 17:17-18) y tocaba el arpa para calmar a Saúl (1 Samuel 16:21-23). Su servicio no era por reconocimiento humano, sino para agradar a Dios.
2. Daniel: En la corte de Babilonia, Daniel sirvió con tal excelencia que se distinguió entre todos los gobernantes. A pesar de estar rodeado de una cultura ajena a Dios, se mantuvo firme y no se contaminó con la comida del rey (Daniel 1:8). Su servicio fue un testimonio de su fidelidad y adoración a Dios.
3. Moisés: Dedicó su vida a servir a su pueblo, guiándolo en el desierto, obedeciendo cada instrucción de Dios y actuando como intercesor (Éxodo 32:11-14). No buscó poder ni gloria personal, sino que se entregó completamente por la voluntad de Dios y el bienestar de Israel.
4. El niño de los panes y los peces: Aunque tenía poco que ofrecer, lo puso en las manos de Jesús, y Él lo multiplicó para alimentar a una multitud (Juan 6:9-11). Este ejemplo nos recuerda que, aunque creamos que es poco lo que podemos ofrecer. Dios puede usarlo para hacer grandes cosas.
5. Los cuatro amigos que abrieron el techo de una casa para que su amigo pudiera llegar hasta Jesús. El servicio es amor en estado puro, por eso es una forma de adorar a Dios.
"Al no poder acercarse a Jesús a causa de la multitud, descubrieron el techo donde estaba, y, haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados." (Marcos 2:4-5).
El servicio es la demostración física de un corazón que adora a Dios y, por eso, ama a su prójimo. Quien sirve con amor adora a Dios y refleja el amor de Jesús al mundo. Nunca somos más parecidos a Él que cuando amamos al otro. Si eso no es adorar en espíritu y en verdad, entonces, ¿qué lo es?
Cuan descuidada esta la sociedad en cuanto a los principuos basicos, ya es escasa la palabra progimo, que tristeza.
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