Del trono a la pantalla: el poder y la perversión a lo largo de la historia



Escrito por Rubén Felix Galvano. 

En el año 2011 fallece Jimmy Savile, famoso presentador de la BBC. Tras su muerte salieron a la luz más de cuatrocientas denuncias por abuso sexual y pedofilia ¿Cómo es posible que un íntimo amigo del actual rey Carlos III haya podido encubrir tantas cosas?

En el año 2023 salió a la luz la película “Sound of Fredom” , la temática de la misma es la trata sexual y secuestros de niños, en ella se ve como se necesita cómplices en las autoridades para poder llevar este negocio a cabo.

¿Realmente existe una conspiración global que encubre a los pedofilos? ¿O los abusos siempre existieron? Hagamos un poco de historia. 

Para poder empezar este recorrido, citaré una anécdota de Shirley Temple, una niña que en los años treinta del siglo XX, se hizo conocida por bailar tap y cantar. Cuando su madre la llevo a Warner Brothers para pasar a ese estudio, entró al despacho de un productor Arthur Freede y el mismo estaba desnudo. La actriz Que en ese momento tenía menos de 10 años, contó de adulta que río tan fuerte y se burló tanto que no le hizo nada.

El cine para adultos en los años 90, aprovecho la hegemonía norteamericana y en más de una vez se denunció que usaba menores de edad en países extranjeros. O muchas veces encubrir las búsquedas como trabajo de modelo a través de empresas falsas. Varias ONGs también documentaron, como inmigrantes, refugiadas o jóvenes de extrema pobreza eran vulnerables gracias a la legislación laxa y la abundancia de dólares en Europa durante esa misma década. 

Gran parte de los casos que mayor repercusión tienen, suceden en Estados Unidos y Gran Bretaña, pero no nos olvidemos que en Japón existen los subtes y Hoteles que son para mujeres, debido a los abusos sexuales. En Alemania la iglesia protestante y católica, acumula más de 5000 denuncias de abuso sexual.

Todos estos casos nos hacen pensar que el abuso sexual existe en diferentes lugares, donde se mezcla el poder, el dinero, la autoridad y la impunidad.  

Pero ¿por qué no se puede erradicar en la actualidad una época con más derechos y democracias más sólidas? La respuesta es simple y bastante perversa, el poder protege al poder, en una sociedad que decide desmerecer a la víctima y defiende al abusador. La impunidad estructural de jueces, policías y medios de comunicación que encubren a los violadores dentro de sus filas por causa de la corrupción. Y justamente por eso es que los abusadores generalmente son poderosos por dinero, contactos o fama.

Hay que aceptar una realidad, y principal falacia del sistema, las leyes son duras con los pobres y las personas comunes; ya que los más ricos poseen herramientas para esquivar sanciones, lavar su imagen o arreglar por debajo del escritorio. 

La mayoría de los abusadores no buscan placer sexual, sino reforzar su estatus de dominación y demostrar su poder rompiendo los límites que los demás no pueden. Está en nuestro ADN social en creerle al poder. Pero lo peor de todo esto es qué siempre fue así. 

El abuso sexual a lo largo de la historia 

En la Antigua Grecia, cuna del conocimiento y la filosofía , el ciudadano era el varón adulto. Por lo tanto los niños y las mujeres eran objeto de poder. Por lo tanto sólo los abusos que dañaba el nombre y la honra de un hombre eran castigados. Pero los poderosos podían pedir a cambio de protección todo tipo de favores tanto a niños, jóvenes y mujeres.

En la edad Media los jueces era los nobles. Reyes y el clero. Por lo tanto la explotación era común y hasta documentada. El pacto del vasallaje entre señores y ciervos incluía todo tipo de abusos. 

A finales del siglo XIX en la revolución industrial, los burgueses explotaban a familias enteras, las mujeres de familias más humildes de temprana edad eran prostituirse en los burdeles de las clases pudientes.

Podemos decir que hasta hace menos de cien años el abuso era casi tolerado, sólo por la lucha de los derechos es considerado, valga la redundancia, un abuso. Hoy está prohibido por ley, se denuncia y se discute públicamente, se enseña a diferenciarlo en las escuelas…pero hay otra realidad paralela 

Por qué hoy el abuso se monetiza, trivializa y legítima con las redes sociales y la pornografía. El encubrimiento cambió de forma, se canalizó a través de la industria cultural. 

Pensémoslo así, es una opción que una mujer si es hermosa y tenga muchos seguidores en línea abra un only fan y haga contenido erotico. La idea de que todo es consensuado disfraza a una sociedad que le enseña a sus hijas a ganar dinero con sus cuerpos, como prostitutas virtuales, volviendo las redes sociales un exhibidor de la belleza femenina joven. Cómo sí el único futuro posible para progresar es ese, tus sueños de consumo, tus viajes todo lo que quieras a cambio de exhibirse, un pacto diabólico de un capitalismo cada vez más voraz.

Si bien hay quienes eligen libremente ese tipo de exposición, la lógica del mercado y la necesidad económica empujan a muchas jóvenes a convertir su cuerpo en un medio de supervivencia, disimulando bajo el nombre de ‘consenso’ una coerción estructural.

La pornografía presenta la corrosión económica y social más denigrante, no sólo somete a la prostitución a una mujer y un hombre de bajos recursos, sino que los somete a la continua reproducción de ese abuso.  

Con la guerra de Ucrania han salido informes en los cuales muestran que un alto número de refugiadas mujeres han debido vender su cuerpo en alguna plataforma en internet alimentando el fetiche sexual de una sociedad carnívora con la carne de refugiados de una guerra.

Hoy en día el abuso sexual tiene likes y reproducciónes, hicimos un Gran hermano de la desgracia, entre la denuncia y el espectáculo, hace tiempo que los medios de comunicación exponen el abuso, lo combaten pero también le punen una máscara de éxito y lo legitiman con dólares. 


La teoría de la causalidad

La teoría de la causalidad es usada en la investigación. La misma dice que si existe una serie de eventos y correlación entre las causas y consecuencias de los mismos, existe un patrón lógico, por lo tanto también una explicación común a todos. Por lo tanto siempre que hay personas vulnerables los que ostentan el poder quieren abusar de ellos de alguna forma, encubriendo sus acciones en leyes (la esclavitud, el apartheid) constumbres o en silencios. 

Hemos visto que desde la antigüedad hasta Hollywood y la actualidad, los poderosos han explotado a los más vulnerables y buscado la impunidad. Hoy en día la misma se disfraza con el consumo de cuerpos a través de diferentes plataformas en Internet, normalizando la pedofilia digital a través de plataformas como TikTok y tendencias. Nada peor que normalizar que menores de edad bailen sensualmente de manera pública. El escándalo de Omegle, dónde menores fueron abusados virtualmente nos ha enseñado que la tecnología se ha vuelto en una espada de doble filo sobre la vida de millones, alimentando las perversión a través de las pantallas. 

Las leyes, la visibilidad constante, la educación temprana y las conversaciones con los niños, las redadas internacionales han ayudado a visibilizar el abuso y exponerlo. Pero todo eso no sirve para nada si seguimos alimentando el tabú de la fama y el consumo de menores en situaciones donde no deben participar. Como todo negocio solo se sustenta por el consumo.

El abuso de poder y sexual ha presentado un patrón histórico contra los más vulnerables, las mujeres y niños pobres, repitiendo pero cambiando la máscara, buscando nuevas formas, hasta que encontró la fórmula haciendo más consumidores, el siglo XXI a hecho una vidriera para que muchos sean participe y por lo tanto nunca más deber encubrir las fechorías.

En una época de derechos es inquietante y perverso, que los monstruos sigan encontrando mecanismos más sofisticados y públicos para abusar, brindarse y ganarse el respeto haciendo visible lo obsceno. 

Recorriendo las redes sociales buscando víctimas parciales acallando las almas con oro mientras los demás retuitean el horror. ¿Pero cuál es la causa de éste patrón? El apóstol Pablo enuncia en el libro de los Romanos 1: 18-32 que la humanidad habiendo conocido a Dios a través de la creación decidió apartarse de Él eligiendo nuestro placer y hundiéndose en su perversión. El patrón histórico del abuso se originó al alejarnos de Dios, poniendo nuestra soberbia, avaricia, egoísmo, desamor que dan lugar a todos estos abusos y violencias.

Este patrón histórico no es una conspiración, es consecuencia del alejamiento de la humanidad de Dios. Con esto no quiero decir que no necesitemos mejores leyes, más transparencia, hacer mejores canales de denuncia pero ya estamos haciendo esto y los monstruos siguen afuera, porque solo tal vez todos nos convertimos en monstruos al alejarnos de Dios. La solución siempre ha sido Jesucristo el único capaz de romper esta atadura de abuso y traernos paz. Porque donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia. (Romanos 5:20) Y conocer la verdad, nos hará libres. (Juan 8:32)










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